Alejandra Del Río
Esta escritora se ha dedicado tanto a la poesía en papel como a la performance. Alejandra trabaja enseñando escritura creativa a niños, en intervenciones artísticas, video poemas y grabaciones. Es una de las voces más representativas de la generación de los 80'. Vivió en Alemania durante aproximadamente diez años realizando escritura autobiográfica y su proyecto del Yotro. Actualmente se encuentra en nuestro país estudiando el Doctorado en Literatura en la Universidad de Chile.
Fotográfias
Entrevista a la Poeta Alejandra Del Río
Entrevistamos a la poeta Alejandra del Río el mes de octubre y contamos posteriormente con su visita en nuestro colegio, en donde nos enseñó ciertas técnicas de escritura poética.
F.A: ¿De qué manera afectó a tu desarrollo artístico y cultural el hecho de que tu madre fuese de nacionalidad alemana y tu padre fuese chileno?
A.R: No siempre fue fácil porque si creces en dos culturas y con dos idiomas tendrás necesariamente un problema de identidad y de raíz, puedes o no sentirte a gusto en ninguna parte o todo lo contrario; puedes desarrollar una habilidad extra para adaptarte a cualquier cosa. Pero en verdades una ventaja para un escritor sentirse cómodo en dos idiomas, es un gran regalo.
F.A: ¿De qué manera se dio la oportunidad de publicar tu primer poemario “Yo cactus”? ¿A qué se debe ese nombre?
A.R: Escribía de chica pero no le mostraba a nadie mis cosas más que a un amigo poeta en quien confiaba. Él mandó mi libro a un concurso de poesía, me lo gané y publicaron el libro. El nombre fue un asunto fortuito; una amiga vio que escribía la Y de la palabra YO con una forma de cactus (a ella eso le pareció) y me dijo “¡yo cactus!”. Ahí me di cuenta que ese era el nombre del libro.
F.A: Sabemos que has trabajado en proyectos con jóvenes de distintas realidades sociales, además de que disfrutas mucho haciendo conferencias, clases o talleres, ¿qué tipo de trabajo específicamente has realizado con jóvenes? ¿Qué te motivó a ello?
A.R: Me encanta trabajar con niños y jóvenes porque aprendo todo el tiempo. Todo lo que sé de Educación Poética lo he observado directamente del trabajo que hacen ellos. Los niños no están tan podridos como los adultos y entre los jóvenes no se tiene que andar con tantas caretas. Simplemente pienso que cuando se desvanecen los límites de quién aprende y quién enseña la educación se transforma en un viaje de aventuras, divertido y profundo, del que salen ganando todos. Mi trabajo consiste en despertar y permitir que se desarrolle el gran poeta que todos llevamos dentro.
F.A: Respecto a la pregunta anterior, ¿has descubierto grandes talentos?, ¿cómo describirías el desarrollo cultural-artístico en la juventud chilena en cuanto a poesía y literatura?
A.R: A pesar de que he comprobado que todos y todas de cualquier edad son capaces de poner en acción su capacidad imaginativa y, mediante la metodología apropiada, explorar en su ser poético, he notado que a veces hay niñitos y niñitas que vienen iniciados de antemano. Son pocos los que logran defenderse de los asesinos de la creatividad que están en las escuelas, pero cuando me topo un niño-poeta (que ya es un poeta hecho y derecho) me emociono mucho. Me dan ganas de llorar cuando encuentro un colega de esos.Para mí la periferia de Santiago está repleta de talentos sin desarrollar, se pierden demasiados genios en un sistema antihumano como el nuestro.
J.P: ¿Cómo describirías el rol que debe desempeñar un profesor hoy en día en relación con sus alumnos?
A.R: Debe ser un espejo, es decir, reflejar la necesidad que sus estudiantes tienen y actuar conforme a eso. Debe hacer un profundo trabajo sobre su ego y además amar lo que hace. El resto se aprende.
J.P: ¿Escribes más sobre lo vivido o sobre lo inventado?
E.V: La frontera entre uno y otro no es muy clara para mí.
J.P: ¿Quiénes son los escritores que más han influenciado tu escritura y poesía?
A.R: A cada rato me influyen y contaminan todo tipo de estímulos lingüísticos, hasta los predicadores del evangelio que gritan en la esquina de mi casa me han influido. Pero reconozco a Neruda y Mistral como mis papitos.
J.P: Se dice que el retiro a Alemania sirvió de motor de búsqueda del yo, ¿en qué se diferencia la Alejandra de antes del viaje a la Alejandra actual?
A.R: Esa es una muy difícil pregunta. Creo que uno nunca es el mismo, siempre es otro y, al mismo tiempo, el mismo. La gran diferencia es que tengo más años, lo que no quiere decir que esté más vieja.
F.M: ¿Cuáles son, según su experiencia, las etapas más difíciles que se puede vivir un poeta?
A.R: Lo más difícil para un poeta es soportar que un trabajo que uno cree tan valioso (pues le ha costado sangre, sudor y lágrimas, literalmente) no es reconocido. Transformar ese sentimiento amargo en una renovación de los votos, encontrar un impulso para seguir con alegría.
F.M: ¿Cómo definirías “poesía”?
A.R: Poesía es esto y esto y esto y esto.Otra: sintonizarse con el lenguaje universal, eso es hacer poesía.
F.M: ¿Qué piensas de los planes y programas de estudio que se implementan en la educación actual chilena?
A.R: No los conozco mucho pero pienso que la educación hoy no debiera ser transmisión de información sino desarrollo de habilidades. Y todo debiera enseñarse a través de los diferentes lenguajes artísticos integrados, teniendo, por supuesto, a la poesía como base.
F.M: ¿Cree que Chile debería otorgarle más espacio a la poesía y, en general, a las humanidades? ¿Cuál es tu experiencia en el plano educativo en relación con otros países?A.R: Chile despilfarra el más valioso recurso que tiene: la poesía. No hay nada que salir a buscar afuera, todo lo han descubierto/desarrollado nuestros poetas. Ahí hay que mirar para avanzar en una educación de calidad. Es mucho más sencillo de lo que parece, ahora suena como una locura pero hay que seguir investigando. Por eso estoy haciendo el doctorado en literatura; para transformar en metodología y didáctica lo que los poetas siempre han sabido. Hacer de un lenguaje misterioso y para iniciados algo al alcance de todo el mundo. Aunque me demore más de tres vidas; esa es mi tarea.
F.A: ¿De qué manera afectó a tu desarrollo artístico y cultural el hecho de que tu madre fuese de nacionalidad alemana y tu padre fuese chileno?
A.R: No siempre fue fácil porque si creces en dos culturas y con dos idiomas tendrás necesariamente un problema de identidad y de raíz, puedes o no sentirte a gusto en ninguna parte o todo lo contrario; puedes desarrollar una habilidad extra para adaptarte a cualquier cosa. Pero en verdades una ventaja para un escritor sentirse cómodo en dos idiomas, es un gran regalo.
F.A: ¿De qué manera se dio la oportunidad de publicar tu primer poemario “Yo cactus”? ¿A qué se debe ese nombre?
A.R: Escribía de chica pero no le mostraba a nadie mis cosas más que a un amigo poeta en quien confiaba. Él mandó mi libro a un concurso de poesía, me lo gané y publicaron el libro. El nombre fue un asunto fortuito; una amiga vio que escribía la Y de la palabra YO con una forma de cactus (a ella eso le pareció) y me dijo “¡yo cactus!”. Ahí me di cuenta que ese era el nombre del libro.
F.A: Sabemos que has trabajado en proyectos con jóvenes de distintas realidades sociales, además de que disfrutas mucho haciendo conferencias, clases o talleres, ¿qué tipo de trabajo específicamente has realizado con jóvenes? ¿Qué te motivó a ello?
A.R: Me encanta trabajar con niños y jóvenes porque aprendo todo el tiempo. Todo lo que sé de Educación Poética lo he observado directamente del trabajo que hacen ellos. Los niños no están tan podridos como los adultos y entre los jóvenes no se tiene que andar con tantas caretas. Simplemente pienso que cuando se desvanecen los límites de quién aprende y quién enseña la educación se transforma en un viaje de aventuras, divertido y profundo, del que salen ganando todos. Mi trabajo consiste en despertar y permitir que se desarrolle el gran poeta que todos llevamos dentro.
F.A: Respecto a la pregunta anterior, ¿has descubierto grandes talentos?, ¿cómo describirías el desarrollo cultural-artístico en la juventud chilena en cuanto a poesía y literatura?
A.R: A pesar de que he comprobado que todos y todas de cualquier edad son capaces de poner en acción su capacidad imaginativa y, mediante la metodología apropiada, explorar en su ser poético, he notado que a veces hay niñitos y niñitas que vienen iniciados de antemano. Son pocos los que logran defenderse de los asesinos de la creatividad que están en las escuelas, pero cuando me topo un niño-poeta (que ya es un poeta hecho y derecho) me emociono mucho. Me dan ganas de llorar cuando encuentro un colega de esos.Para mí la periferia de Santiago está repleta de talentos sin desarrollar, se pierden demasiados genios en un sistema antihumano como el nuestro.
J.P: ¿Cómo describirías el rol que debe desempeñar un profesor hoy en día en relación con sus alumnos?
A.R: Debe ser un espejo, es decir, reflejar la necesidad que sus estudiantes tienen y actuar conforme a eso. Debe hacer un profundo trabajo sobre su ego y además amar lo que hace. El resto se aprende.
J.P: ¿Escribes más sobre lo vivido o sobre lo inventado?
E.V: La frontera entre uno y otro no es muy clara para mí.
J.P: ¿Quiénes son los escritores que más han influenciado tu escritura y poesía?
A.R: A cada rato me influyen y contaminan todo tipo de estímulos lingüísticos, hasta los predicadores del evangelio que gritan en la esquina de mi casa me han influido. Pero reconozco a Neruda y Mistral como mis papitos.
J.P: Se dice que el retiro a Alemania sirvió de motor de búsqueda del yo, ¿en qué se diferencia la Alejandra de antes del viaje a la Alejandra actual?
A.R: Esa es una muy difícil pregunta. Creo que uno nunca es el mismo, siempre es otro y, al mismo tiempo, el mismo. La gran diferencia es que tengo más años, lo que no quiere decir que esté más vieja.
F.M: ¿Cuáles son, según su experiencia, las etapas más difíciles que se puede vivir un poeta?
A.R: Lo más difícil para un poeta es soportar que un trabajo que uno cree tan valioso (pues le ha costado sangre, sudor y lágrimas, literalmente) no es reconocido. Transformar ese sentimiento amargo en una renovación de los votos, encontrar un impulso para seguir con alegría.
F.M: ¿Cómo definirías “poesía”?
A.R: Poesía es esto y esto y esto y esto.Otra: sintonizarse con el lenguaje universal, eso es hacer poesía.
F.M: ¿Qué piensas de los planes y programas de estudio que se implementan en la educación actual chilena?
A.R: No los conozco mucho pero pienso que la educación hoy no debiera ser transmisión de información sino desarrollo de habilidades. Y todo debiera enseñarse a través de los diferentes lenguajes artísticos integrados, teniendo, por supuesto, a la poesía como base.
F.M: ¿Cree que Chile debería otorgarle más espacio a la poesía y, en general, a las humanidades? ¿Cuál es tu experiencia en el plano educativo en relación con otros países?A.R: Chile despilfarra el más valioso recurso que tiene: la poesía. No hay nada que salir a buscar afuera, todo lo han descubierto/desarrollado nuestros poetas. Ahí hay que mirar para avanzar en una educación de calidad. Es mucho más sencillo de lo que parece, ahora suena como una locura pero hay que seguir investigando. Por eso estoy haciendo el doctorado en literatura; para transformar en metodología y didáctica lo que los poetas siempre han sabido. Hacer de un lenguaje misterioso y para iniciados algo al alcance de todo el mundo. Aunque me demore más de tres vidas; esa es mi tarea.